En qué creemos

La Revelación de Dios:

Por Su gracia Dios ha revelado Su existencia, sabiduría y poder en el orden de toda Su creación y se ha revelado supremamente a los seres humanos caídos en la persona de Su Hijo Jesucristo, el Verbo encarnado (Hebreos 1:1-2).Dios ha revelado Su voluntad por medio de palabras humanas en la Biblia, la cual se compone de los sesenta y seis libros del Antiguo y Nuevo Testamento. Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, plenamente inspirada y sin errores en los manuscritos originales, escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo, y con autoridad suprema en todos los asuntos de fe y conducta (2 Timoteo 3:16, 2 Pedro 1: 20, 21, Marcos 13: 31, Juan 20:31, Hechos 20:32). Sólo estos escritos constituyen la Palabra de Dios verbalmente inspirada, que es totalmente autoritativa y sin error en los escritos originales, completa en la revelación de Su voluntad de salvación, suficiente para todo lo que Dios requiere que creamos y hagamos, y final en su autoridad sobre todo dominio del conocimiento al que habla.La Biblia debe ser creída, como la instrucción de Dios, en todo lo que enseña; obedecida, comomandamiento de Dios en todo lo que requiere; y confiada, como promesa de Dios en todo lo que promete. Cuando el pueblo de Dios escucha, cree y practica la Palabra está suficientemente equipado como discípulos de Cristo y testigos del Evangelio (Mateo 12:50, Juan 8:31, 2Timoteo 3:16, 17).

El Dios Trino:

Creemos en un solo Dios, que existe eternamente en tres personas igualmente divinas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que conocen, aman y se glorifican unos a otros (Mateo 3:16-17 muestra a estas tres personas interactuando en el bautismo de Jesús).Este único Dios verdadero y vivo es perfecto en Su amor y en Su santidad. Él es el Creador de todas las cosas visibles e invisibles, y por lo tanto es digno de recibir toda la gloria y la adoración. Inmortal y eterno, Él perfecta y exhaustivamente conoce el fin desde el principio, sostiene y gobierna soberanamente sobre todas las cosas, y provoca providencialmente sus eternos buenos propósitos para redimir a un pueblo para Sí mismo y restaurar Su creación caída a la alabanza de Su gloriosa gracia.

La Humanidad:

Creemos que Dios creó a los seres humanos, hombres y mujeres, a Su propia imagen (Genesis 1:27). Adán y Eva pertenecieron al orden creado que Dios mismo declaró ser muy bueno, sirviendo como agentes de Dios para cuidar, administrar y gobernar la creación, viviendo en comunión santa y devota con su Hacedor. Tanto el hombre como la mujer están hechos a imagen y semejanza de Dios, con igualdad de acceso a Dios por medio de la fe en Cristo Jesús (Gálatas 3:28). Ambos están llamados a ir más allá de una vida de autocomplacencia a un compromiso con Dios que sea evidente en sus familias, la iglesia, y la vida cívica.Adán y Eva fueron hechos para complementarse en una unión de una sola carne que establece el único patrón normativo de relaciones sexuales para hombres y mujeres. El matrimonio esordenado por Dios como una unión de pacto entre un hombre y una mujer, establecido en lacreación y afirmado por el Señor Jesús y Sus apóstoles (Mateo 19:5). Los actos sexuales fuera del matrimonio, incluyendo la fornicación, el adulterio, la homosexualidad y cualquier otra práctica sexualmente inmoral, son pecado y, por tanto, un acto de rebelión contra Dios (Romanos 1:26, 1Corintios 6:9).En los propósitos sabios de Dios, los hombres y las mujeres no son simplemente intercambiables, sino que se complementan mutuamente en formas mutuamente enriquecedoras. Dios ha asignado papeles distintivos que reflejan la relación amorosa entre Cristo y la iglesia, el esposo que ejerce liderazgo de una manera que muestra el cariño y amor sacrificial de Cristo y la esposa se somete a su esposo de una manera que modela el amor de la iglesia para su Señor (Efesios 5:22-33). En el ministerio de la iglesia, tanto los hombres como las mujeres son animados a servir a Cristo y a desarrollarse a su máximo potencial en los múltiples ministerios del pueblo de Dios. La restricción de ciertas oficinas de liderazgo y roles dentro de la iglesia a hombres calificados se basa en la creación, la caída y la redencióny no debe ser determinado por el contexto social o cultural (1 Timoteo 2:11-15).

La Caída:

Creemos que Adán, hecho a la imagen de Dios, distorsionó esa imagen y perdió su bendición original para sí mismo y todos sus descendientes (1Corintios 15:22-23), cayendo en pecado a través de la tentación de Satanás. Como resultado, todos los seres humanos están apartados de Dios, corrompidos en todos los aspectos de su ser (físicamente, mentalmente, emocionalmente, espiritualmente) y condenados final e irrevocablemente a la muerte (Romanos 3:10-18). La suprema necesidad de todos los seres humanos es reconciliarse con Dios, bajo cuya justa y santa ira estamos. La única esperanza de todos los seres humanos es el amor inmerecido de este mismo Dios, el único que puede rescatarnos y restaurarnos a sí mismo (Efesios 2:1-10). Creemos que incluso el hombre caído conserva un sello de la imagen de Dios sobre su naturaleza y, por tanto, retiene valor que excede cualquier otro aspecto de la creación. La vida humana siempre ha de ser estimada y protegida de la injusticia. Creemos que, desde el momento de la concepción, cuando la vida comienza, una vida humana tiene una dignidad y un valor únicos hasta el día en que el alma vuelve a Dios que lo hizo.

La Redención por medio de Cristo:

Creemos que, movido por el amor y en la obediencia a su Padre, el Hijo eterno (Jesucristo) se hizo humano: el Verbo se hizo carne (Juan 1:14), completamente Dios y completamente ser humano (Colosenses 2:9), una Persona en dos naturalezas. El hombre Jesús, el Mesías prometido de Israel, fue concebido a través de la acción milagrosa del Espíritu Santo y nació de la virgen María (Mateo1:23). Él obedeció perfectamente a su Padre celestial, vivió una vida sin pecado (Hebreos 4:15), realizó señales milagrosas, fue crucificado bajo Poncio Pilato, se levantó corporalmente de los muertos al tercer día y ascendió al cielo. Como Rey mediador, Él está sentado a la diestra de Dios el Padre, ejerciendo en elcielo y en la tierra toda la soberanía de Dios, y es nuestro Sumo Sacerdote y justo Abogado (Hebreos 10:12, 1 Juan 2:1).Creemos que, por Su encarnación, vida, muerte, resurrección y ascensión, Jesucristo actuó como nuestro representante y sustituto. Él hizo esto para que en Él pudiéramos llegar a ser la justicia de Dios (2 Corintios 5:21). En la cruz Él se ofreció en sacrificio a Dios por nuestros pecados y, al llevar el castigo completo de nuestra maldad, reconcilió con Dios a todos los que creen (Romanos 3:21-26). Por Su perfecta obediencia, Él satisfizo las justas demandas de Dios en nuestro favor, ya que Su perfecta obediencia es acreditada a todos los que confían en El (Cristo) para ser aceptados por Dios (Romanos 5:11). Cristo fue dado por el Padre para nosotros, y su obediencia y castigo fueron aceptados en lugar de los nuestros (Romanos 5:8-11). Por Su resurrección, Cristo Jesús rompió el poder de la muerte, derrotó a Satanás y trajo vida eterna a todo Su pueblo. Por Su ascensión, Él ha sido eternamente exaltado como Señor y ha preparado un lugar para que Su pueblo esté con Él (Filipenses 2:9-11, Juan 14:2). Creemos que la salvación no se encuentra en nadie más, porque no hay otro nombre dado bajo el cielo por el cual podamos ser salvos (Hechos 4:12). Esta salvación es únicamente por gracia y completamente gratuita (Efesios 1:3-6, 2:8-9).

El Propósito de Dios en la Redención:

Creemos que desde toda la eternidad Dios determinó salvar por Su gracia pecadores de cada tribu, lengua, pueblo y nación, y para este fin los conoció y los escogió de antemano (Romanos 8:29-30). Creemos que Dios justifica y santifica a aquellos que por Su gracia tienen fe en Jesús y Él los glorificará un día, todos para la alabanza de Su gloriosa gracia (Efesios 1:3-6). En amor, Dios manda e implora a todas las personas a arrepentirse y creer (2 Corintios 5:20). Sin embargo, Dios ha decidido mostrar la plenitud de la gloria de Su amor en aquellos pecadores que ha escogido y ha ordenado para que Cristo sea su Redentor (Hechos 13:48).

El Evangelio:

Creemos que el Evangelio es la buena nueva de Jesucristo, la misma sabiduría de Dios. Aunque es una completa locura para el mundo, el Evangelio es el poder de Dios para los que están siendo salvos (1Corintios 1:21-24).El Evangelio es el anuncio del Reino de Dios a través de Jesucristo. Este reinado fue prometido en el Antiguo Testamento y revelado en el nacimiento, la vida, muerte, resurrección y ascensión de Cristo.El sacrificio sustitutivo y propiciatorio de Cristo por nuestros pecados en la cruz satisface las exigencias de la santa justicia de Dios y aplaca su santa ira.En la cruz, Cristo también fue nuestro ejemplo. Él sufrió la injusticia más flagrante que estemundo caído puede ofrecer y, en Su tentación, confió plenamente en Dios, mostrándonos cómo la fe supera el sufrimiento y la injusticia, incluso dando Su vida por los demás. La cruz también demuestra Su amor misterioso y revela Su gracia asombrosa. La cruz es representativa de todo el Evangelio y siempre debe permanecer central en la vida cristiana. El Evangelio revela a Jesucristo como el único mediador entre Dios y el hombre (1 Timoteo 2:5).

La respuesta del hombre al Evangelio:

Todos los que pecan son esclavos del pecado, y sólo aquellos que Cristo ha puesto en libertadson verdaderamente libres. Mientras todavía es esclavo del pecado, la respuesta del hombre alEvangelio es alejarse de Dios (Romanos 3:9-18). Jesucristo tiene autoridad para dar vida eterna a todos los que el Padre le da (Juan 17:2). Como tal, la respuesta del hombre al Evangelio depende totalmente de la gracia y el poder de Dios para salvar a Su pueblo. En amor, Dios predestinó a Su pueblo para ser adoptados como Sus hijos por medio de Jesucristo, de acuerdo con Su voluntad y para la alabanza de Su gloriosa gracia, la cual Él nos ha dado gratuitamente en Jesucristo (Efesios 1:4-6).El mensaje del Evangelio sólo es efectivo para aquellos que genuinamente se arrepienten de sus pecados y por la gracia de Dios reciben la fe salvadora en Cristo (Hechos 2:38). Este evangelio de la gracia debe predicarse sinceramente a todos los hombres en todas las naciones, porque Dios ordena a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan. El arrepentimiento bíblico se caracteriza por una vida cambiada, y la fe salvadora es la confianza solamente en la obra de Cristo para salvación. A menos que una persona esté dispuesta a negarse a sí misma, tomar su cruz y seguir a Cristo, no puede convertirse en su discípulo (Marcos 10:21).

El poder del Espíritu Santo:

Creemos que la salvación, atestiguada en toda la Escritura y asegurada por Jesucristo, es aplicada a Su pueblo por el Espíritu Santo. Enviado por el Padre y el Hijo, el Espíritu Santo glorifica al Señor Jesucristo y está presente con y en los creyentes. Él convence al mundo de su culpa con respecto al pecado, la justicia y el juicio, y regenera pecadores espiritualmente muertos por Su poderosa y misteriosa obra, despertándolos al arrepentimiento y a la fe, y bautizándolos en unión con nuestro Señor Jesús (Juan 14:16, 16:7-8).Por el poder del Espíritu los creyentes son renovados, santificados y adoptados en la familia de Dios (1 Corintios 6:11, Romanos 8:15); ellos participan en la naturaleza divina y reciben Sus dones distribuidos soberanamente (Hebreos 2:4). El Espíritu Santo es la garantía de la herencia prometida y en esta edad habita, guía, instruye, equipa, revive y da poder a los creyentes para vivir y servir a Cristo (Efesios 1:13-14).Aunque todos los creyentes son bautizados por medio de un mismo Espíritu en un solo cuerpo en la conversión (1 Corintios 12:13), el Nuevo Testamento indica la importancia de la obra continua y potenciadora del Espíritu después de la conversión. El Espíritu Santo desea llenar a cada creyente continuamente con poder para la vida cristiana y para la edificación de la Iglesia (Efesios 5:18).

La Iglesia de Dios:

La Iglesia está compuesta por todos aquellos que han experimentado la gracia de la salvación por medio de la fe en Cristo. Estos componen la Iglesia universal la cual se expresa en iglesias locales de las cuales Cristo es la única Cabeza. Cada iglesia local es, de hecho, la Iglesia, la casa de Dios, la asamblea del Dios viviente, y el pilar y fundamento de la verdad (1Timoteo 3:15). La Iglesia es el cuerpo de Cristo (Romanos 12:5), Su novia (Apocalipsis 21:2) y Él se ha comprometido con ella para siempre, y se distingue por su mensaje evangélico, el ejercicio de las ordenanzas reveladas en las Sagradas Escrituras y, sobre todo, por su amor a Dios y por el amor de sus miembros hacia los demás y hacia el mundo. La Iglesia sirve como una señal del futuro nuevo mundo de Dios cuando sus miembros viven para el servicio de los demás, enlugar de enfocarse en sí mismos. La Iglesia es la morada corporativa del Espíritu de Dios y el testimonio continuo de Dios para el mundo (Gálatas 6: 15-16).

La restauración de todas las cosas:

Creemos en el regreso personal, glorioso y corporal de nuestro Señor Jesucristo con Sus santos ángeles,cuando Él ejercerá su papel como juez final y Su Reino se consumará (Hechos 1:10,11, Apocalipsis 22:12). Creemos en la resurrección corporal de ambos, el justo y el injusto. El justo (quien ha recibido la imputación de la justicia de Cristo) a la bienaventuranza eterna en la presencia misma de Su Redentor (1Corintios 15:50-58); y el injusto (quien ha permanecido fuera de la gracia redentora) para juicio y castigo eterno y consciente (Apocalipsis 20:11-15). En ese día la Iglesia será presentada sin mancha ante Dios por la obediencia, el sufrimiento y el triunfo de Cristo. Toda la naturaleza pecaminosa, así como los efectos del pecado serán para siempre desterrados y la Iglesia vivirá por la eternidad en el gozo pleno de la presencia de Su Redentor (Apocalipsis 21:1-4).